Una experiencia formidable en Radio La Luna 99.3 FM en Quito
Cinco días intensos fueron los vívidos desde los micrófonos de esta radio quiteña, revolucionaria y ejemplo de periodismo participativa y de acción social.
Quito, es considerada como Luz de América, por que en estas plazas, calles, se han tejido muchas revueltas sociales y políticas que sin duda han alertado a muchos países del inconformismo en la repartición de la riqueza y en la desigualdad de oportunidades para que todos podamos crecer.
En el Ecuador, la corrupción ha escalado posiciones impresionantes en donde el robo, contratos públicos clientelares y la creación de leyes para perdonar acciones irregulares de políticos han sido la tónica de los congresos, ministerios y de los gobiernos.
Se consideraba, que el ex presidente de la república, Coronel Lucio Gutiérrez, iba a responder a las promesas de campaña, de mejorar la educación, la salud y sobre todo combatir la pobreza. Profunda decepción nos trajo durante sus meses de gobiernos a todos los ciudadanos, que estas promesas no se habían cumplido. Nos sentimos traicionados y olvidados.
Las reacciones ciudadanas de protesta fueron cada vez intensas, agresivas. A diario por la radio se escuchaban las llamadas de oyentes que protestaban, exigían al gobierno un cambio profundo pero el gobierno no satisfacía estos pedidos.
Semanas de lucha hasta llegar al jueves, 14 de abril de 2005. En este día y a las nueve de la mañana comienza mi participación que a continuación les relato:
Me encontraba en mi departamento jugando con mis hijos. Mi gran amigo, Paco Velasco estaba en la radio y necesitaba ayuda para informar desde el centro de la ciudad lo que sucedía con los levantamientos ciudadanos. Con Paco, llevamos una amistad de 13 años de trabajo y amistad. Le llamé a su celular y me pidió que vaya urgentemente a la Embajada Americana para que le cuente lo que ahí pasaba.
En minutos llegué al lugar y había muchos jóvenes universitarios protestando, prendiendo fuego a cartones, maderas y llantas. En mi primer reporte logré entrevistar a muchos ciudadanos y notaba una rabia contenida en cada intervención. Luego acompañé a los manifestantes hasta otro parque, ahí la intervención de alcaldes y prefectos fueron mis reportes continuos. Regresé a casa y nuevamente Paco me convocó para que en la noche transmita desde la Avenida de los Shyris la manifestación nocturna.
En la Avenida de los Shyris, la manifestación fue espectacular, los sonidos de ollas, cacerolas, pitos, y la presencia de carteles muy coloridos fueron los elementos que ciudadanos entusiasmados y alegres manipulaban para protestar.
La ciudad, en los siguientes días fue paralizándose las protestas fueron impresionantes.Por miles y miles de ciudadanos se acercaban a las calles y plazas. Desde muchos lugares transmitíamos lo acontecido, bombas lacrimógenas, balas, agresiones se observaban por parte de los policías.
Paco sentía afecciones a su voz y había que tomar la posta desde los estudios centrales de Radio La Luna 99.3. Cuando me encontré con Paco en la estación, inmediatamente con un afectuoso saludo me invitó a que continuara coordinando las llamada ciudadanas. Fueron tres horas intensas y en el estudio, las presiones ciudadanas por hablar y expresar sus denuncias fue complicando a los pocos compañeros que estábamos en la emisora. Había que recibir desde agua hasta la comida preparada por unas monjitas de la caridad. Recibos seguridad por parte del municipio. por que las llamadas para incendiar La Luna eran cada vez agresivas y tormentosas.
Miles de oyentes quiteños sintonizaban la radio, en las tiendas, busetas, taxis, Radio La Luna era la única. Era una verdadera cadena de receptores con una sola emisora en toda la ciudad.
En el Centro de Quito, se daban conflictos entre gobiernistas y opositores, los policías lanzaban bombas sin miedo. Ambulancias, la cruz roja, todos auxiliaban a mujeres embarazadas, niños, abuelos y jóvenes intoxicados, fracturados y con terribles problemas de respiración. Una bicicleta, nos ayudó a estar en esos lugares, ubicarse tras de los policías para transmitirlo todo y así fue.
El 20 de abril, desde las siete de la mañana estuve en la radio, coordinando llamadas, entrevistados, monitoreando canales de televisión. Fueron 15 teléfonos celulares, dos televisores y una participación espectacular ciudadana que sin duda lograron ofrecerme una de las experiencias importantes en mi carrera profesional
La rebelión forajida es sin dudad uno de los hechos que todavía guardo con cariño y esperanza por lograr una mejor democracia y por terminar con esa corrupción alevosa y pacata.
Cinco días intensos fueron los vívidos desde los micrófonos de esta radio quiteña, revolucionaria y ejemplo de periodismo participativa y de acción social.Quito, es considerada como Luz de América, por que en estas plazas, calles, se han tejido muchas revueltas sociales y políticas que sin duda han alertado a muchos países del inconformismo en la repartición de la riqueza y en la desigualdad de oportunidades para que todos podamos crecer.
En el Ecuador, la corrupción ha escalado posiciones impresionantes en donde el robo, contratos públicos clientelares y la creación de leyes para perdonar acciones irregulares de políticos han sido la tónica de los congresos, ministerios y de los gobiernos.
Se consideraba, que el ex presidente de la república, Coronel Lucio Gutiérrez, iba a responder a las promesas de campaña, de mejorar la educación, la salud y sobre todo combatir la pobreza. Profunda decepción nos trajo durante sus meses de gobiernos a todos los ciudadanos, que estas promesas no se habían cumplido. Nos sentimos traicionados y olvidados.
Las reacciones ciudadanas de protesta fueron cada vez intensas, agresivas. A diario por la radio se escuchaban las llamadas de oyentes que protestaban, exigían al gobierno un cambio profundo pero el gobierno no satisfacía estos pedidos.
Semanas de lucha hasta llegar al jueves, 14 de abril de 2005. En este día y a las nueve de la mañana comienza mi participación que a continuación les relato:
Me encontraba en mi departamento jugando con mis hijos. Mi gran amigo, Paco Velasco estaba en la radio y necesitaba ayuda para informar desde el centro de la ciudad lo que sucedía con los levantamientos ciudadanos. Con Paco, llevamos una amistad de 13 años de trabajo y amistad. Le llamé a su celular y me pidió que vaya urgentemente a la Embajada Americana para que le cuente lo que ahí pasaba.
En minutos llegué al lugar y había muchos jóvenes universitarios protestando, prendiendo fuego a cartones, maderas y llantas. En mi primer reporte logré entrevistar a muchos ciudadanos y notaba una rabia contenida en cada intervención. Luego acompañé a los manifestantes hasta otro parque, ahí la intervención de alcaldes y prefectos fueron mis reportes continuos. Regresé a casa y nuevamente Paco me convocó para que en la noche transmita desde la Avenida de los Shyris la manifestación nocturna.
En la Avenida de los Shyris, la manifestación fue espectacular, los sonidos de ollas, cacerolas, pitos, y la presencia de carteles muy coloridos fueron los elementos que ciudadanos entusiasmados y alegres manipulaban para protestar.
La ciudad, en los siguientes días fue paralizándose las protestas fueron impresionantes.Por miles y miles de ciudadanos se acercaban a las calles y plazas. Desde muchos lugares transmitíamos lo acontecido, bombas lacrimógenas, balas, agresiones se observaban por parte de los policías.
Paco sentía afecciones a su voz y había que tomar la posta desde los estudios centrales de Radio La Luna 99.3. Cuando me encontré con Paco en la estación, inmediatamente con un afectuoso saludo me invitó a que continuara coordinando las llamada ciudadanas. Fueron tres horas intensas y en el estudio, las presiones ciudadanas por hablar y expresar sus denuncias fue complicando a los pocos compañeros que estábamos en la emisora. Había que recibir desde agua hasta la comida preparada por unas monjitas de la caridad. Recibos seguridad por parte del municipio. por que las llamadas para incendiar La Luna eran cada vez agresivas y tormentosas.
Miles de oyentes quiteños sintonizaban la radio, en las tiendas, busetas, taxis, Radio La Luna era la única. Era una verdadera cadena de receptores con una sola emisora en toda la ciudad.
En el Centro de Quito, se daban conflictos entre gobiernistas y opositores, los policías lanzaban bombas sin miedo. Ambulancias, la cruz roja, todos auxiliaban a mujeres embarazadas, niños, abuelos y jóvenes intoxicados, fracturados y con terribles problemas de respiración. Una bicicleta, nos ayudó a estar en esos lugares, ubicarse tras de los policías para transmitirlo todo y así fue.
El 20 de abril, desde las siete de la mañana estuve en la radio, coordinando llamadas, entrevistados, monitoreando canales de televisión. Fueron 15 teléfonos celulares, dos televisores y una participación espectacular ciudadana que sin duda lograron ofrecerme una de las experiencias importantes en mi carrera profesional
La rebelión forajida es sin dudad uno de los hechos que todavía guardo con cariño y esperanza por lograr una mejor democracia y por terminar con esa corrupción alevosa y pacata.
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Xavier